Juventud Fuerte

“Es más fácil desintegrar un átomo, que un preconcepto”
"...Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno" 1 Juan 2:14

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06 febrero 2006

DIOS Y CIENCIA

Teniendo en cuenta que todos los miércoles estamos hablando de Dios y la ciencia, las sectas y otros cosas. Esta es una recopilación de científicos famosos que reconocieron siempre a Dios como su salvador... miren los comentarios, sobran las explicaciones.
Al final algunas páginas para que visiten. Son muy buenas.
ALGUNOS CIENTÍFICOS FAMOSOS QUE CREYERON ABIERTAMENTE EN LA PALABRA DE DIOS


Johannes Kepler (1571.1630), astrónomo alemán, fue el primer hombre en demostrar que los movimientos de los planetas son precisos y predecibles, obedeciendo a reglas precisas. Sus tres leyes del movimiento planetario se utilizan aún hoy en día en la preparación de mapas de rutas para viajes espaciales. "Que mi nombre perezca--escribió él-- si tan sólo con ello el nombre de Dios el Padre es por ello exaltado."

Robert Boyle (1627-1691), físico y químico irlandés, famoso por la ley que lleva su nombre, la "Ley de Boyle", ha recibido también el nombre-de "el padre de la química." Boyle leía la Biblia cada día a través de su vida e "hizo todo lo que había en su mano para defender y mantener las grandes doctrinas de las Escrituras." Dio grandes sumas de dinero a las empresas misioneras, y financió una nueva traducción irlandesa de la Biblia. Miles de copias fueron distribuidas a cargo de su bolsillo.

Las consecuciones de Sir Isaac Newton (1642-1727) son demasiado bien conocidas para precisar de comentarios. Lo que no se conoce tanto es que pasaba más tiempo estudiando la Biblia que estudiando las estrellas, que fue un activo erudito de Historia Antigua, y que escribió un libro sobre cronología bíblica confirmando la cronología del arzobispo Usslier y su fecha de la creación (Enciclopedia Británica). Dijo él: "Todos mis descubrimientos han sido hechos en respuesta a la oración."

Michael Faraday (1791-1867) es considerado por los historiadores de la ciencia como el más grande entre los físicos experimentales. A su muerte había conseguido 97 distinciones de academias internacionales de ciencia. A lo largo de su vida fue un fiel miembro de la iglesia, y desde sus 50 años un constante predicador. "Su objetivo parecía querer mostrar y enseñar la máxima fidelidad a las palabras de las Escrituras," fue el comentario de uno que le oyó.

Sir James Simpson (1811-1870) fue un pionero en obstetricia y el descubridor del cloroformo. Cuando se le preguntó en una gran reunión pública cuál había su mayor descubrimiento, él replicó sin dudar un solo momento: "Que tengo un Salvador."

Samuel F. B. Morse (1791-1872), el inventor del código Morse. El primer mensaje que se envió con esté código sobre la nueva línea entre Baltimore y Washington fueron cuatro palabras de la Biblia: "What hath God wrought!" ("Lo que ha hecho Dios!") Samuel Morse escribía a su hermano: "Esto es obra de El, y El sólo me ha conducido tan lejos a través de todas mis pruebas."

James Cierk Maxwefl (1831-1879) fue uno de los más grandes genios en la historia de la ciencia. Sus ecuaciones matemáticas predijeron la existencia de ondas de radio muchos años antes del descubrimiento de ellas, y fueron útiles para unir las ciencias entonces separadas de la óptica, electricidad y magnetismo en un solo marco de referencia. Albert Einstein llamó a esta consecución "la más grande y la más fructífera que haya experimentado la física desde los tiempos de Newton." Maxwell se opuso firmemente a todas las teorías de evolución, fueran en astronomía, biología o química. Escribía él: "Ninguna teoría de evolución puede darse para explicar la similaridad de las moléculas... La ciencia es incompetente para poder razonar acerca de la misma creación de la materia de la nada." Murió de un cáncer, manteniendo hasta el fin su firme fe en la Biblia, "profunda humildad ante Dios, reverente sumisión a Su voluntad y una fe de corazón en el amor y la expiación llevada a cabo por el Divino Salvador."

Lord KeIvin (1824-1907) dio su nombre a la escala absoluta de temperaturas, ingenió el primer cable transatlántico de telégrafos, y patentó setenta inventos. Ayudó a formular el segundo principio de la termodinámica, que contradice redondamente a la teoría de la evolución, y escribió: "...ciertísimamente, el principio de la vida sobre la Tierra no tuvo lugar mediante la operación de ninguna ley de química ni de electricidad, ni de agrupamiento cristalino de moléculas... Tenemos que hacer aquí una pausa, cara a cara frente al misterio y milagro de la creación de las criaturas vivientes."

Sir John Ambrose Fleming (1849-1945), inventor de la válvula termoiónica, fue profesor de Tecnología Eléctrica en el University College de Londrés durante 41 años. Cooperó con Marconi en telegrafía transatlántica y fue presidente de la Televisión Society en sus primeros años. Conferenciando a grandes audiencias por toda la Gran Bretaña puso de manifiesto las falacias del evolucionismo-- "una teoría sin pruebas y anticientífica." "Hay evidencias abundantes -afirmaba él-de que la Biblia, aunque escrita por hombres, no es el producto de la mente humana. Ha sido siempre reverenciada por incontables multitudes como una comunicación a nosotros procedente del Creador del Universo."
DIRECCIONES INTERESANTES SOBRE DIOS, CIENCIA, EVOLUCIÓN:


ANTES DEL FIN
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PLANETA JOVEN
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RESPUESTAS EN GÉNESIS
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